Callejón Largo
Ahí tenemos el majestoso Callejón Largo. Fijaros en el humo negro que sale del horno de la cal. Eso pasaba recién encendido, no sé si el calero le echaba algún combustible para que se encendiera más ligero.
Ahí tenemos el majestoso Callejón Largo. Fijaros en el humo negro que sale del horno de la cal. Eso pasaba recién encendido, no sé si el calero le echaba algún combustible para que se encendiera más ligero.
Aquí está…. Seña Antonia, mi abuelita adorada, inmortalizada en la obra: (El Regreso de Domingo El Bacalao) Era ella quien vendía los dulces por Ayamonte, los famosos y exquisitos calcetines dulces,¿alguien se recuerda? No sé con exactitud si esa foto fue en la fiesta de las cruces o del Calvario, en realidad, nunca fui a ninguna de ellas infelizmente. Perdonen el mal estado de la foto, me la encontré en una caja de metal en un lugar muy húmedo.
Que añoranza...que sencilla visión retenida en el tiempo...que nostalgia sufrida. Comtemplando la cosecha de cemento,el Quijote de los vientos no pudo resistir,y con inaudible lamento, clama al cielo en sufrimiento, !EOLO DEJAME MORIR!
Mi amigo el Callejón corto.
Fijaros en las piedras pulidas, brillavan al medio dia cuando el sol refletia en ellas.
Bella andadura.
Permiso.
A pesar de las historias de miedo que contaban sobre este callejón por su proximidad con el cementerio, el fue para mí como una afirmación de mi hombredad. Mi padre siempre me dijo que los muertos no hacían daño a nadie, pero si, los vivos. Con catorce años de edad empecé a trabajar en el taller Cervantes, en la esquina del muelle norte (donde está la grúa.) A las siete de la tarde cuando salía (a veces más tarde) ya era bastante de noche en invierno, entonces me dirigía a la barranca para seguir por el callejón corto, y desde ahí llegar a la calle General Yagüe (Buena Vista). Lo cierto es que antes de subir el terrible Callejón, respiraba hondo, me acordaba de lo que mi padre me decía, cogía dos piedras una en cada mano y me adentraba en la obscuridad total. Si, tenía miedo y poca edad, pero me aventuraba, cosa que muchos adultos dudo que lo hicieran. Este es mi amigo… El Callejón Corto.
Infelizmente hoy solo existe una restea de lo que fue. Saludos.
Animo a todos los ayamontinos a visitar (o redescubrir) este emblemático edificio, testigo de nuestra historia y testimonio vivo de la evolución de la tecnología humana.
"SOLO SE CUIDA LO QUE SE CONOCE Y SE QUIERE"
Su inteligencia, sus capacidades cognitivas y volitivas van por otros derroteros. Su corazón, empero, se mantiene pegado a la manigueta, en la trasera.